No había otra salida



Sobre cómo me tragaron las flores,
cómo el diente de leon se metió en mis sienes.
Sobre lo volátil y la noción perdida.
Te contaré todos esos rumores;
disiparé todas las dudas que tienes
y entenderás que no había otra salida... 

Y es que, convertido en un muerto en vida,
vagaba por tus calles sin mirada.
Y entenderás que no había otra salida...
Fue así como dejé que me enterraran.

Pero un día, una mañana, ya desde la otra orilla;
no me preguntes cómo, oí una llamada...
Y entenderás que no había otra salida,
porque cuando se siente un clamor en el alma
el reposo es inútil, la ignorancia está negada.
La única solución es el retorno y la verdad.
Empezar a tragar ideas que nunca quise aceptar.

Es tan normal perderse como necesario encontrarse. Creo que la vida va de eso. Y probablamente por eso no hay otra salida, porque la única salida es caminar. Suerte.