No home


Llega tarde a casa, pies descalzos, labios fríos
de añoranza y sabor a invierno. Aun buscando el sentido
que dió valor a su marcha. Retrocede y coge su abrigo.

Mientras, yo dormía. Y creo que pudo ver en mis sueños
más allá de lo que dictó su propio pensamiento.
Hubo tardes rasgadas en las que te eché de menos...
Hubo noches tan blancas... Aquellas que trajo el invierno,
que con las manos inertes espere tu llegada
y sólo acudió el viento a refugiarse en mis mejillas moradas.

Retrocede. Y coge su abrigo, con las manos y el alma apretada
del que se sabe ajeno a todos sitios, incluso a lo que llamó casa.

Una retirada a tiempo puede ser la única salida para no verse fuera de lugar.