Vigilia


Durante el sueño callado del perro,
la realidad nunca es como la pintan.
Un silencio un poco ocre y con sabor a hierro
me da lecciones de civismo, me habla de vida
futura cuando hace tiempo que dejo de serlo.


Mientras se abrazan y callan la madre y el hijo
en la calle cae la helada;el despertar y el sentido
aparecen por la puerta cerca de las tres de la mañana,
pero a esas horas todo se ha vuelto tan cetrino
que ya no tiene arreglo, hemos abierto un abismo,
una garganta desgarrada nos va a cantar el alba
y mañana... Mañana tampoco cesará esta balada.
Otros dieciseis minutos para que despunte el mañana.


Me han pedido que en este poema no haga aclaraciones, para dejar mas libre las interpretaciones... Y yo suelo ser muy complaciente.

Feliz navidad a todos y gracias por leer cuando estamos a casi un año de la apertura de este blog.

Ceguera


Los sauces lloraban a mi paso, desde dentro
una voz grave que no quería oir susurraba:
Te has quedado inválido en esto, estás ciego.
Y era cierto. Lo sé porque llevé las manos a los huecos
y no hubo más que hundimiento, sobresalto y grava...

Y de ahí mi ceguera... Sí, me he enterado hoy mismo.
Me arrastro por estas paredes, un suelo de gas natural
y mis manos... Siempre unas manos injustas, el sonido
de una voz rota que se desgrana y se dobla en soledad.

Aun sin ojos, o sin vista habrás de encontrar el camino.
Y abrochar la camisa,volver al puesto despues del solsticio,
con la cordura intacta, los cordones atados y el sentido limpio.

Sobre la desaparición de lo vital y, algunas veces, nuestra predisposición a negarlo.